sábado, 20 de octubre de 2012

Camino 23 El buen corazón





Queremos ser buenos, pero no es fácil. Si le preguntas a una persona malvada y a una persona bondadosa la misma pregunta: "¿Eres una buena persona?", quién crees que diría: "¡Yo soy bueno!" ¿La persona malvada o la persona bondadosa?
¡La persona malvada! El malvado puede insultar a su propia madre y aún así pensar que es bueno. Si tú le dices: "¡Eso es terrible! ¿Cómo puedes insultarla así?", él te responderá: "Tú no entiendes. Ella me pidió que saque la basura. Si yo saco la basura, ¿quién sabe que otra cosa me pedirá después?, ¡y esto puede seguir así eternamente!".
El hombre bueno saca la basura, pero cuando tú le dices: "¡Ah, eres tan buena persona!", él dice: "¿No has notado?, mientras sacaba la basura, he insultado a mi madre".
Tú le dices: "¿Qué estás diciendo? Yo estaba presente y tú no has insultado a tu madre".
Él te dice: "Bueno, no la insulté realmente, pero sí me quejé mucho. Yo estaba leyendo un libro muy interesante y no quería que me interrumpieran, yo me quejé para protestar".
¿Ves la diferencia? La persona malvada siempre dice que está en lo correcto. A él no le interesa ser bueno, por lo tanto no tiene un conflicto interno. Él simplemente asume que está en lo correcto.
En contraste, la persona que intenta ser buena, sabe lo difícil que es esto. Y siempre está intentando alcanzar un nivel más alto.
Existe un tercer tipo; el tzadik, la persona completamente justa. El tzadik saca la basura y dice: "con todo gusto, mamá. Tú trabajas duro cocinando para todos, ¡es un placer hacer algo por ti!".
Cualquiera que ha tratado verdaderamente ser bueno sabe que no es fácil. Es por eso que es más difícil para la persona buena verse a sí mismo como bueno. La persona malvada, por otro lado, no se preocupa por ser bueno, y es por eso que nunca siente el esfuerzo. Es por eso que contesta rápido que él es bueno.
La persona que realmente trata de ser buena sabe cuán duro es el trabajo.

Encamina tu Deseo a Ser Bueno
Por un lado, todos queremos ser buenos. Es por eso que cuando preguntas a la mayoría de la gente: "¿Eres bueno?", casi todos dicen: "Seguro". Porque básicamente, todos nosotros queremos hacer lo correcto.
Por otro lado, lleva esfuerzo ser bueno. A veces no tenemos ganas de hacer ese esfuerzo. A veces queremos ser seducidos por cosas que nos tientan en otra dirección.
Para tener éxito en la lucha, debes encaminar tu deseo innato de ser bueno y debes utilizarlo para bien. Si tú puedes usarlo efectivamente, no te imaginas cuánto poder te dará.
Para hacer esto, comienza recordando cada día que quieres ser bueno. Di cada mañana: "Hoy, yo quiero ser bueno". Hazlo parte de tus pensamientos, y comenzarás a ver un efecto claro a través del día.
Recuerda tu deseo de ser bueno especialmente cuando sientas ganas de hacer algo que no es tan bueno. Por ejemplo, cuando tu madre dice: "saca la basura". Puede ser que no tengas ganas de hacerlo, pero si sabes que es lo correcto, lucha contra el deseo de decir: "Olvídalo... más tarde..."

El Conflicto Entre lo que Quieres y lo que Tienes Ganas
En un nivel más profundo, necesitas comenzar a desarrollar una conciencia de la lucha que se desata dentro de ti. Por ejemplo:
Tú quieres levantarte de la cama a tiempo; pero tienes ganas de dormir un poco más.
Quieres utilizar tu tiempo efectivamente; pero tienes ganas de relajarte.
Quieres sabiduría; pero tienes ganas de ver TV.
Generalmente, lo que quieres hacer es lo correcto; lo lógico. Lo que tienes ganas de hacer es cómodo y no implica esfuerzo. Esto es porque el conflicto es realmente un conflicto entre tu cuerpo y tu alma.
Tu alma quiere hacer todas las cosas correctas: amar a la humanidad, ser altruista, buscar la justicia, desarrollar su potencial. Tu cuerpo quiere comer, dormir, codiciar, etc.
Tu alma quiere cosas trascendentes. Tus deseos físicos, por otro lado, no tienen nada que ver con el futuro. Ellos buscan satisfacción instantánea.
Querer algo es buscar lo permanente. Está arraigado en la realidad.
El deseo es algo momentáneo. Es un escape.
Por ejemplo: debes rendir el último examen, pero no tienes ganas. Tu tienes ganas de golpear al profesor en la nariz y decirle: "¡Quién necesita este mugroso diploma!". Tu alma dice: "Así es como te sientes ahora, pero tú quieres graduarte y encontrar un buen trabajo, además no quieres desilusionar a tus padres".
No es fácil ganarle a los deseos. Lleva dolor y esfuerzo. Pero si entiendes el conflicto, si puedes recordar que estás luchando, entonces podrás vencer la batalla.
A través de la vida, pregúntate en cualquier situación: ¿Qué es lo que mi alma dice sobre esto y qué es lo que mi cuerpo dice? Una vez que reconozcas la raíz del conflicto, estarás en el camino a superar el conflicto.

Aprende a Distinguir Entre "Querer" y "Desear"
Algunas veces, sin embargo, elegir cuál es la cosa que deseamos de lo que queremos puede ser muy confuso. A veces, nosotros damos por obvio que queremos ciertas cosas, pero nuestros deseos se meten en el camino y confunden nuestros pensamientos.
Por ejemplo: es obvio para nosotros que todos quieren ser felices.
Pregúntale a alguien: "¿Qué preferirías ser: rico o feliz?".
Probablemente te contestaría: "Prefiero ser feliz". Después de todo, ¿qué clase de tonto quiere ser un millonario triste y miserable?
Ahora le dices: "Está bien, dame una semana y te mostraré cómo ser feliz".
¿Qué te contestará? "Bueno, es muy interesante... Quizás algún día lo tomaré en cuenta".
Tu le dices: "Hagamos un trato: si en un mes tienes éxito en incrementar tu felicidad, te daré $10.000".
¡Ahora mira cómo esa persona corre hacia ti!
¿Cómo es posible? ¿Qué es más importante para él: felicidad o dinero?
¡Por supuesto que la felicidad es más significativa! Pero el dinero está arraigado en nuestro deseo. Eso nos distrae de ir detrás de lo que realmente queremos.
El "deseo" confunde nuestro pensamiento, haciendo el objetivo de nuestro deseo tan atractivo que somos engañados y llegamos a pensar que eso es lo que realmente queremos.
A menos que hagas el esfuerzo de distinguir entre tus deseos y lo que quieres, y clarifiques qué aspecto está controlando tus acciones, es probable que confundas los dos y pierdas oportunidades valiosas para alcanzar tus metas.

Un Favor a Nosotros Mismos
La manera más poderosa de activar tu deseo por el bien es darte cuenta que ser bueno es una necesidad fundamental de la naturaleza humana. Cuando haces algo como ayudar a una anciana a cruzar la calle, más que hacerlo por ella, estás haciéndote un favor a ti mismo.
La autoestima es tan vital como el oxígeno. Si un ser humano no piensa que es bueno, se marchita.
Aquí hay una ilustración: Imagina que eres un cirujano muy exitoso y famoso en el mundo. Todos te buscan, eres rico, tienes una hermosa esposa e hijos maravillosos. Todos te aman.
Ahora estás viajando a través de Arabia Saudita con tres amigos. Una noche, mientras tus amigos pasean por la ciudad, la policía secreta saudita llega hasta tu habitación en el hotel y dice: "Tus amigos son peligrosos espías. O nos dices dónde están ellos, o te matamos".
Si los delatas, sería terrible. Pero por otro lado, tú puedes volver a tu casa y nunca nadie sabrá lo que pasó. Ciertamente los sauditas no hablarán. Tú podrías seguir siendo un famoso cirujano con una hermosa mujer e hijos maravillosos.
¿Qué harías? ¿Ves la lucha interna?
¿Qué pasaría si la policía secreta saudita te pidiera matar mil niños? Si matas 1000 niños puedes volver a tu casa y a tu hermosa vida. ¿Tú crees que podrías acabar con 1000 niños inocentes sólo porque quieres sobrevivir? ¿Podrías hacer algo así?
Analizando estas preguntas descubriremos algo muy profundo en la composición de todo ser humano. Ser bueno es más importante que casi todo lo demás en nuestras vidas. "El Bien" es un gran ideal. Inclusive estarías dispuesto a morir por él. Cuando estás convencido de que algo es lo correcto, también estarás dispuesto a morir por ello. Esta es la naturaleza común del ser humano. Cuando hay algo más importante que nuestras propias vidas, debemos hacer lo correcto.
Si sabes por que estás dispuesto a dar la vida, entonces sabrás por lo que estás viviendo. Y si estás dispuesto a dar tu vida para ser bueno, entonces reconoces, profundamente, que no puede haber una meta más alta en la vida que ser bueno.
¡Entonces, sal y vive para eso! ¡Aprovecha esa fuerza dentro de ti! Busca la sabiduría para entender cómo ser bueno. Hazlo tu meta en la vida. Recuerda, no le estás haciendo el favor a nadie sacrificándote por esta causa. Tú estás haciendo lo que tu yo interior quiere.

Domina tu Deseo
Presta atención. Asegúrate de no pasar tu vida siguiendo la definición del bien desde la visión de otra persona. Asegúrate de que estás haciendo lo que realmente quieres hacer. Si tú no tomas control de tu deseo interno de ser bueno, él tomará control sobre ti, y la definición de la sociedad sobre la bondad puede terminar siendo tu sentencia de muerte.
El noventa por ciento de las personas que mueren por una causa, lo hacen porque la sociedad les dijo que lo hagan. En todo el mundo, las personas dan su vida para ser buenas. Un terrorista palestino muere literalmente por el bien.
¿Jugarías a la ruleta rusa? ¿Y si otras personas te llaman "cobarde"? ¿Ves la ironía? El verdadero cobarde es el que tiene tanto miedo de lo que las personas piensan, que arriesga su vida por algo sin sentido.
En el mundo, la presión social es ser "exitoso".
Tristemente, la mayoría de las personas pasan su vida haciendo cosas definidas por la sociedad, como "buenas". Por ejemplo: la mayoría de los americanos van a la universidad por la presión social. Quizás es parte del deseo de obtener un mejor trabajo, pero muchos quieren el diploma por el estatus y el auto respeto. Si simplemente deseamos dinero, buscaríamos el lugar donde hacer más dinero.
Pero nosotros sentimos que si obtenemos un diploma, estamos de alguna manera siendo mejores personas.
La definición de "bueno" es éxito financiero. Si eres exitoso, grandioso. Si no lo eres, necesitas un psicólogo. Las personas se pulverizan por la depresión de no ser exitosas. "¿Qué está mal conmigo?, ¡no puedo encontrar un trabajo! ¡Debo ser mala persona!".
Qué dirías sobre alguien que tiene un dolor de dientes y dice: "Yo no soy bueno".
Dirías que está loco: "Si tú tienes dolor de dientes, ve a un dentista. ¡Busca la manera de aliviar tu dolor!". Pero si una persona no puede encontrar trabajo, todos dirán que él no es bueno.
Este sentimiento se aplica también a la manera en que nos vestimos y los autos que conducimos. ¿Por qué las personas compran un Mercedes? ¿Porque es mucho más cómodo para conducir... o porque da estatus? Queremos demostrar que somos buenos (cortésmente, por supuesto, para que las personas no piensen que somos bárbaros).
Asegúrate de no pasar tu vida siguiendo la definición de otra persona de lo que es ser bueno. Asegúrate de elaborarla tú mismo.

Todo Ser Humano Quiere Grandeza
Hay una cosa crucial que tienes que saber sobre tu deseo de ser bueno: es simplemente lo de menos. En realidad, todos nosotros queremos ser más que buenos. ¡Queremos ser grandiosos!
Nadie quiere ser un término medio. Intenta decir en voz alta: "Yo quiero ser un mediocre".
No puedes pronunciar esas palabras, ¿no es cierto? Queremos ser grandiosos no solamente buenos.
Si yo te dijera que existe un botón que puedes presionar e instantáneamente liberarías al mundo de todos sus problemas, ¿no te gustaría ser el que lo apriete? No hay nadie que esté leyendo esto que no le gustaría ser la persona que descubra la cura para el cáncer o elimine la amenaza de la guerra nuclear.
Entonces, ¿por qué no aspiramos a eso? No porque no lo queremos. No porque no fantaseamos sobre cambiar el mundo. Sino porque el esfuerzo parece demasiado grande.
Cada uno de nosotros quiere ser la persona que realmente una a la humanidad para una vida en paz y armonía. Este es el concepto judío del Mashiaj. Él restaurará el mundo.
Una vez pregunté en una clase: "Díganme honestamente, en secreto, en lo más íntimo del corazón, tienen el deseo de ser ustedes mismos el Mashiaj? Todos los que descubran honestamente este sentimiento en su corazón, levanten la mano".
Toda la clase levantó la mano. El último muchacho que levantó la mano dijo: "Gracias al Señor. Pensé que yo estaba loco!".
Aquí tienen un secreto que nunca aprendieron en la escuela: Un ser humano, no se sentiría satisfecho ni siquiera siendo el Mashiaj. El deseo de nuestras almas es ser como Elohim. El alma, la chispa Divina que está dentro de cada uno de nosotros, anhela estar unida con la fuente de toda vida – Elohim.
Nuestra Torá, nuestras Instrucciones para Vivir, realmente nos ayudan a lograr eso. Una de las 613 mitzvot es asemejarse a YHWH. Es un trabajo duro, por supuesto. Pero en realidad, es lo que realmente buscamos.

El Judaísmo nos Obliga a Ser Grandiosos
La Mishná (Sanhedrín 4:5) pregunta lo siguiente: "¿Por qué Elohim creó a cada persona como un individuo separado?". Nosotros nos podemos comunicar unos con otros, podemos explicar cosas unos a otros, pero esencialmente cada uno está solo.
La respuesta: Cada uno de nosotros nace solo y muere solo, para que cada persona pueda decir: "Bishvilí nibrá haolam" - el mundo fue creado sólo para mí.
De hecho, ésta es la manera en que pensamos. Si escuchamos que cinco millones de hindúes se mueren de hambre, nuestra primera reacción es: "¿Qué es lo que eso significa para mí? ¿Debo enviarles ayuda? ¿Debo comprar algunos granos? ¿Habrá una guerra? ¿Debo sentir lástima por ellos? Nuestra respuesta instintiva es: "En mi mundo, ¿qué significa esto para mí?". Esta es la manera en que fuimos creados.
Sin embargo, a veces nosotros aplicamos mal este instinto. ¿Alguna vez te has observado conduciendo en la hora de más tráfico, con todos los autos en la calle, cuando comienzas a murmurar: "¡Qué hacen todos estos tontos aquí! ¡Por qué no desaparecen de la calle y me dejan un lugar!".
El tonto piensa que el mundo fue creado para él para comer. Todas las vacas, todas las calles fueron creadas para él. La persona sabia percibe que YHWH nos creó de esta manera para que cada uno de nosotros tome conciencia que, en definitiva este mundo es mi obligación. Es mi responsabilidad hacer de él un mejor lugar.
¿Qué Puedo Hacer al Respecto?
Puedes estar pensando: "Bueno, yo quiero ser grandioso pero, ¿quién soy yo? ¿Qué puedo hacer yo al respecto?"
Alguna vez has oído la expresión de Marx: "La religión es el opio de las masas".
Marx estaba hablando sobre el cristianismo: "Pon la otra mejilla". "No resistas al mal". Eso es opio. Deja que los dictadores sigan adelante y te torturen. No resistas al mal.
El pueblo judío dice: Resiste al mal. Si alguien viene a matarte, mátalo primero.
No existe tal cosa como poner la otra mejilla.
Así nosotros damos vuelta a Marx. Nosotros decimos: "El secularismo es el opio de los individuos".
Aquí está el por qué: Pregúntale a cualquier joven hoy en día: "¿cuáles son las posibilidades de una tercera guerra mundial, una guerra atómica dentro de los próximos veinte años?".
Obtendrás varias respuestas. Algunos dirán 90%, algunos dirán 20%.
Pero lo que sea que el joven diga, pregúntale: "¿No es eso terrible? Aún un 20% es un riesgo terrible para la humanidad, ¿no es cierto? Ciertamente, 50%, 60%, 70% también. ¿No es eso terrible?"
"Si", él dice, "eso es horrible".
"Entonces, ¿qué vas a hacer al respecto?".
"¿Yo? ¿Quién soy yo? ¿Qué puedo hacer yo? ¡El Presidente está a cargo!".
Y se va directo a dormir.
En el judaísmo decimos: Si supieras que El Señor te está ayudando, ¿qué harías al respecto?
¡Todo!
Bueno, ¡buenas noticias!: Elohim está detrás de ti. Él dice, si tú lo intentas, Yo te ayudaré. Yo quiero que cambies el mundo. Es por eso que es una mitzvá, una obligación. Y si nos escapamos de nuestra responsabilidad, tendremos que responder por ello algún día.
En el judaísmo, no existe el darse por vencido. Si tú quieres ser grandioso, entonces tú puedes ser grandioso, y no sólo eso, tú tienes que ser grandioso. Así que vamos, ¡sal y lucha!
Utiliza ese poderoso deseo de grandeza. Utilízalo como una espada. Recuerda diariamente que quieres ser bueno. Sé consciente de tus conflictos internos. Al ser bueno te haces un favor a ti mismo. Entonces, asegúrate que estás encaminado en lo que objetivamente sabes que es bueno, no en lo que la sociedad te dice.
Todos nosotros queremos ser grandiosos, el judaísmo dice que es una obligación, y si hacemos el esfuerzo correcto, Elohim, ciertamente, nos ayudará a conseguirlo.

¿Por Qué "Un Buen Corazón" es un Ingrediente Para La Sabiduría?
·        Recuerda diariamente que quieres ser bueno. En general nos distraemos con la rutina y olvidamos la importancia de esto.
·        Debes ser consiente de tu conflicto interno entre lo que realmente "quieres" y los deseos que se cruzan en el camino.
·        Una vez que entiendas el conflicto interno, será mucho más fácil decidir conscientemente.
·        Date cuenta que al hacer el bien te estás haciendo un favor a ti mismo.
·        Asegúrate de perseguir lo que objetivamente consideras bueno, no escuches lo que la sociedad te dice.
·        Si quieres ser bueno, entonces debes adquirir sabiduría. La sabiduría te permite reconocer el "bien" para tomar decisiones correctas.
·        Ante cada decisión pregúntate lo siguiente: ¿Qué quiere mi alma? ¿Qué desea mi cuerpo?
·        Nunca digas: Ya soy suficientemente bueno.
·        Si vale la pena morir por hacer el bien, entonces también vale la pena vivir para hacer el bien.
·        Hay una mitzvá de emular a YHWH. Es lo que todos nosotros deseamos.